sábado, 8 de octubre de 2016

Extracto del libro "Los Hombres son de Marte y las Mujeres son de Venus" - Los Marcianos

El recuerdo de nuestras diferencias 
Sin el conocimiento de su diferencia, los hombres y las mujeres se enfrentan unos a otros. En general nos sentimos frustrados o enojados con el sexo opuesto porque hemos olvidado esa verdad importante. Esperamos que el sexo opuesto sea más como nosotros. Deseamos que “quieran lo que queremos” y “sientan lo que sentimos”. Suponemos erróneamente que si nuestros compañeros nos aman reaccionarán y se comportaran de cierta forma, la forma en que nosotros reaccionamos y nos comportamos cuando amamos a alguien. 
Esa actitud nos dispone a sentirnos decepcionados una y otra vez y nos impide tomar el tiempo necesario para comunicar en forma afectuosa cuales son nuestras diferencias. Los hombres esperan erróneamente que las mujeres piensen, se comuniquen y reaccionen en la forma en que lo hacen los hombres, las mujeres esperan erróneamente que los hombres sientan, se comuniquen y respondan en la forma en que lo hacen las mujeres. Hemos olvidado que se supone que hombres y mujeres son diferentes. 
Como resultado de ello, nuestras relaciones se llenan da fricciones y conflictos innecesarios. El hecho de reconocer y respetar con claridad dichas diferencias reduce drásticamente la confusión cuando uno trata con el sexo opuesto. 
Todo puede explicarse cuando uno recuerda que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus.

La Comisión de Mejoramiento del Hogar
La queja mas frecuentemente expresada por los hombres acerca de las mujeres es que siempre están tratando de cambiarlos.
Cuando una mujer ama a un hombre, se siente responsable de su crecimiento y trata de ayudarlo a mejorar la manera de hacer las cosas.
Forma una Comisión de Mejoramiento del Hogar y centra en la su atención fundamental.
No importa hasta que punta pueda el resistir su ayuda; ella se empeña en esperar una oportunidad para ayudarlo o decirle lo que tiene que hacer.
Piensa que lo esta estimulando, mientras él piensa que lo esta controlando. Por el contrario, él quiere su aceptación.

La vida en Marte
Los marcianos valoran el poder, la competencia, la eficiencia y la realización. 
Siempre están haciendo cosas para poder probarse a sí mismos y desarrollar su poder y sus habilidades. Su sentido de la personalidad se define a través de su capacidad para alcanzar resultados. Experimentan la realización fundamentalmente a través del éxito y el logro.
En Marte todo es el reflejo de estos valores. 
Inclusive su vestimenta esta diseñada para reflejar sus habilidades y su competencia. Los oficiales de policía, los soldados, los hombres de negocios, los científicos, los taxistas, los técnicos y los cocineros, todos llevan uniformes o por lo menos sombreros para reflejar su competencia y poder. 
No leen revistas tales como Psychology Today, Self o People. Prefieren las actividades al aire libre, como la caza, la pesca y las carreras de autos. Se interesan por las noticias, el clima y los deportes y nada les importa menos que las novelas románticas y los libros de autoayuda. Se interesan mas en los “objetos”y las “cosas” que en la gente y los sentimientos. 
Inclusive hoy en la Tierra, mientras las mujeres fantasean con el romance, los hombres fantasean con autos potentes, computadoras más rápidas, artefactos, artilugios y una nueva tecnología más poderosa. 
Los hombres se preocupan por las “cosas” que los ayuden a expresar poder a través de la creación de resultados y el logro de sus objetivos. El hecho de alcanzar los objetivos resulta algo muy importante para un marciano porque es una manera de probar su competencia y por lo tanto de sentirse bien consigo mismo. Y para poder sentirse bien consigo mismo debe alcanzar esos objetivos con sus propios medios. Otra persona no puede hacerlo en su lugar. 
Los marcianos se enorgullecen de hacer las cosas por sí solos. La autonomía es un símbolo de eficiencia, poder y competencia. La comprensión de esta característica marciana puede ayudar a las mujeres a comprender porque los hombres se resisten tanto a ser corregidos o a que les digan lo que tienen que hacer. El hecho de ofrecerle al hombre un consejo no solicitado equivale a suponer que no sabe que hacer o que no sabe hacerlo por sí solo. Los hombres se muestran muy quisquillosos acerca de esto, porque el tema de la competencia les resulta enormemente importante.
Por el hecho de estar manejando sus propios problemas, un marciano habla pocas veces acerca de ellos a menos que necesite un consejo de un experto. Razona de la siguiente manera: “¿por qué involucrar a otra persona cuando puedo hacerlo por mí mismo?”. Mantiene la reserva de sus problemas a menos que requiera de la ayuda de otro para encontrar una solución.
El hecho de pedir ayuda cuando uno puede arreglárselas por si mismo es considerado como un símbolo de debilidad. Sin embargo, si realmente necesita ayuda, obtenerla representa realmente un signo de sabiduría. En ese caso encontrara a alguien a quien respete y luego le hablara acerca de su problema. 
En Marte, hablar acerca de un problema constituye una invitación al consejo. Otro marciano se siente honrado por la oportunidad. Automáticamente adopta el papel de “arréglalo-todo”; escucha por un momento y luego ofrece sus valiosos consejos. Esta costumbre es una de las razones por las que los hombres instintivamente ofrecen soluciones cuando las mujeres hablan de conflictos. 
Cuando una mujer comparte inocentemente sentimientos perturbadores o analiza en voz alta sus problemas diarios, un hombre supone erróneamente que esta buscando algún consejo experto. Adopta su papel de “arréglalo-todo” y comienza a dar consejos; esta es su manera de mostrar amor y de tratar de ayudar. Quiere ayudarla a sentirse mejor resolviendo sus problemas. Quiere resultarle útil. Siente que puede ser valorado y ser digno de su amor cuando sus capacidades son utilizadas para resolver los problemas venusinos.
Sin embargo, una vez que ofrece una solución y ella continua perturbada, le resulta muy difícil seguir escuchando porque su solución ha sido rechazada y se siente cada vez más inútil. No tiene la menor idea de que puede demostrar su apoyo con el solo hecho de escuchar con empatía e interés. No sabe el hecho de que en Venus el hecho de hablar de los problemas no constituye una invitación para ofrecer una solución.

En efecto, muy poca gente es capaz de crecer en el amor. Sin embargo, ocurre. Cuando los hombres y las mujeres son capaces de respetar y aceptar sus diferencias, el amor tiene entonces la oportunidad de florecer.

Extracto del libro "Los Hombres son de Marte y las Mujeres son de Venus" - Las Venusinas

El recuerdo de nuestras diferencias.
Sin el conocimiento de su diferencia, los hombres y las mujeres se enfrentan unos a otros. 
En general nos sentimos frustrados o enojados con el sexo opuesto porque hemos olvidado esa verdad importante. Esperamos que el sexo opuesto sea más como nosotros. Deseamos que “quieran lo que queremos” y “sientan lo que sentimos”. Suponemos erróneamente que si nuestros compañeros nos aman reaccionarán y se comportaran de cierta forma, la forma en que nosotros reaccionamos y nos comportamos cuando amamos a alguien. Esa actitud nos dispone a sentirnos decepcionados una y otra vez y nos impide tomar el tiempo necesario para comunicar en forma afectuosa cuales son nuestras diferencias. 
Los hombres esperan erróneamente que las mujeres piensen, se comuniquen y reaccionen en la forma en que lo hacen los hombres, las mujeres esperan erróneamente que los hombres sientan, se comuniquen y respondan en la forma en que lo hacen las mujeres. Hemos olvidado que se supone que hombres y mujeres son diferentes. Como resultado de ello, nuestras relaciones se llenan da fricciones y conflictos innecesarios. 
El hecho de reconocer y respetar con claridad dichas diferencias reduce drásticamente la confusión cuando uno trata con el sexo opuesto. 
Todo puede explicarse cuando uno recuerda que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus.

El señor “arréglalo-todo”
La queja más frecuentemente expresada por las mujeres acerca de los hombres es que estos no escuchan.O bien que el hombre la ignora completamente cuando ella le habla o bien escucha unos segundos, evalúa lo que la esta molestando y luego adopta orgullosamente el papel del “arréglalo-todo” y le ofrece una solución para que ella se sienta mejor.
Se siente confundido cuando ella no aprecia este gesto de amor.
No importa las veces que ella le diga que no esta escuchando; el no lo entiende y sigue haciendo lo mismo.
Ella quiere empatía, pero él piensa que quiere soluciones.

La vida en Venus
Las venusinas tienen valores diferentes. Valoran el amor, la comunicación, la belleza y las relaciones. Dedican mucho tiempo a respaldarse, ayudarse y estimularse mutuamente. 
El sentido de la personalidad de una mujer se define a través de sus sentimientos y de la calidad de sus relaciones. Experimentan la realización a través de la participación y las relaciones. En Venus todo refleja esos valores. En lugar de construir autopistas y grandes edificios, las venusinas se preocupan mas por vivir juntas en armonía, comunidad y cooperación afectuosa. Las la armonía de las relaciones es más importantes que el fruto del trabajo y la tecnología, es decir que para que un equipo funcione precisa esta armonía en el relacionamiento venusino. 
En la mayoría de los casos, su mundo es opuesto a Marte. No llevan uniformes como los marcianos (para exhibir su competencia). Por el contrario, gozan poniéndose ropa distinta todos los días, según la manera de sentirse. La expresión personal, en especial de sus sentimientos, resulta muy importante. Pueden incluso cambiarse de ropa varias veces por día a medida que lo hace su humor. La comunicación tiene una importancia fundamental. Compartir sus sentimientos personales es mucho más importantes que alcanzar objetivos y éxito. Hablar y relacionarse entre si es una fuente de enorme realización. Esto no puede ser fácilmente comprendido por un hombre. Puede acercarse a la comprensión de la experiencia de compartir y relacionarse comparándola con la satisfacción que siente cuando gana una carrera, alcanza un objetivo o resuelve un problema. Las mujeres, en lugar de orientarse hacia determinados objetivos, se orientan hacia las relaciones, se muestran mas preocupadas por expresar su bondad, su amor y su cuidado. 
Dos marcianos van a almorzar para analizar un proyecto o la posibilidad de alcanzar un objetivo; tienen un problema que resolver. Además, los marcianos consideran el hecho de ir a un restaurante como una eficiente manera de resolver el tema de la alimentación sin compras, sin cocinar y sin lavar los platos. Para las venusinas, el hecho de ir a comer con una amiga constituye una oportunidad para alimentar una relación a fin de brindar y recibir apoyo. La conversación de las mujeres en un restaurante puede ser muy abierta e intima, casi como el dialogo que se produce entre el terapeuta y un paciente. En Venus todos estudian psicología y poseen por lo menos un doctorado en asesoramiento. Todos están muy involucrados con el crecimiento personal, la espiritualidad y todo lo que pueda estimular la vida, la salud y el crecimiento. Venus esta cubierta de parques, jardines orgánicos, centros comerciales y restaurantes. Las venusinas son intuitivas. Desarrollaron esta capacidad a través de siglos de anticipar las necesidades de los demás. Se enorgullecen de mostrarse consideradas con las necesidades y sentimientos de otros. Un signo de gran amor es ofrecer ayuda y asistencia a otra venusina sin que se lo pidan. Como probar su competencia no es algo importante para una venusina, ofrecer ayuda no es tan ofensivo y necesitarla no constituye un signo de debilidad. Un hombre, sin embargo, puede sentirse ofendido porque cuando una mujer ofrece un consejo él siente que ella no confía en su capacidad para lograrlo por sí mismo. Una mujer no tiene idea de esta sensibilidad masculina, porque para ella el hecho de que alguien le ofrezca ayuda constituye solo un hecho mas en su vida. La hace sentir amada y estimada. Pero ofrecer ayuda a un hombre puede hacerlo sentir incompetente, débil e incluso no amado. 
En Venus, dar consejos y sugerencias es un signo de solicitud. Las venusinas creen firmemente que cuando algo funciona siempre puede funcionar mejor. Su naturaleza es querer mejorar las cosas. Cuando se preocupan por alguien, señalan libremente que cosas pueden mejorarse y como hacerlo. Ofrecer consejos y expresar una critica constructiva constituye un acto de amor.
Marte es muy diferente. Los marcianos se orientan mas hacia las soluciones. Si algo funciona, su lema es “no lo cambies”. En este caso, su instinto lo impulsa a dejar todo tal como esta. “No lo arregles a menos que este descompuesto” representa una expresión común. Cuando una mujer trata de mejorar a un hombre, este siente que están tratando de “arreglarlo”. Recibe el mensaje de que esta roto. Ella no se da cuenta de que sus solícitos intentos de ayudarlo pueden llegar a humillarlo. Ella piensa en forma errónea que simplemente lo esta ayudando a crecer.

En efecto, muy poca gente es capaz de crecer en el amor. Sin embargo, ocurre. Cuando los hombres y las mujeres son capaces de respetar y aceptar sus diferencias, el amor tiene entonces la oportunidad de florecer.